sábado, 19 de junio de 2010

Su cuerpo será camino



 

 

 in memoriam Ulises Abadie

 

 

 

lo vino a encandilar la Luna

la curva sin estribos

quizás los ojos de la noche agónica

en los ojos de ese pájaro de alas en sombras

que asombra del casco su visera un instante

apenas un instante pero cuando ya es tarde

y el ángel montado en su moto-locomotora-dromedario

barreminas-piróscafo-remolcador de espacionaves

que huelen a neblina en los puentes

en la línea de crujía de la gran motocicleta

la motocicleta grande como bolsa de magos

desquiciada ya un instante antes del impacto

apenas un instante apenas un parpadeo

cuando ya todo habrá de ser camino desaparecido

un impacto y la franja de escombros mecánicos

como de transbordador espacial y cayendo

como azul de cometa y cayendo con un ángel encima

un ángel gordo como todos los ángeles verdaderos

un ángel-diablo como todo ángel verdadero

un ángel-cabra como todo ángel verdadero

y terco como todo cabrío verdadero

bajo el signo de aries con su Luna en menguante

en una mano sus Parisiennes en la otra mano

el insufrible plástico del fernet de los jueves

por qué acelerar la soledad la somnolencia

cuando hubo otras noches

donde una caravana de luces rojas

tomaba las curvas de aquellas noches

y las luces traseras eran rojas en aquellos peraltes

y en perspectiva brillaban como luces de bengala cruzándose

en un elogio a la lentitud más que un festejo de cilindradas

por qué acelerar la última copa las últimas risas

cuando la noche es toda ceremonia a la vida a los amigos

porque los caminos seguirán estando con sus sombras y sus luces

seguirán estando con sus nieblas y rocíos tempranos

y seguirán estando como está ese su cuerpo de ángel caído

porque en nosotros su cuerpo ya es camino

porque en nosotros su alma ya es memoria

(mayo/2010)



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